Aquest es el blog de Climent Sabater

Aqui es on vull depositar el que vaig escrivint o he escrit al llarg del temps. El contingut dels meus escrits, es divers, pero habitualment tenen caire reivindicatiu o social



Fixau-vos que la data de publicacio, normalment, no coincideix amb la data en que es va escriure.



A MIS AMIGOS CASTELLANOPARLANTES:

Os pido un poco de paciencia, hasta que tenga
tiempo de traducir los escritos.



dimecres, 17 de maig del 2017

PREJOVENES

Talvez parezca extraño el título de este escrito, pero hace años que existe esta denominación. Se les llama prejóvenes, a los niños que están en la franja de edad de entre 11 y 15 años. Son aquellos jovencitos que son algo mayores para ser considerados niños, pero que todavía no son, propiamente, jóvenes. Evidentemente, no se trata de consideración oficial alguna, ni siquiera popular, pero una organización (Instituto Ruhí de Colombia) lleva más de 30 años preocupándose por la atención específica y concreta de los prejóvenes, porque considera capital la formación de estos adolescentes, puesto que están en una época determinante en su propio desarrollo personal.
Este centro formativo www.ruhi.org, (que va de la mano con FUNDAEC www.fundaec.org, -organización que hace poco recibió un importante reconocimiento a su labor educativa- ambos de inspiración bahá´i) había constatado una falta de educación moral y formativa en este grupo social –a pesar de que son el futuro de nuestras comunidades- y que la fuerte influencia consumista e individualista imperante, desvirtúa las capacidades y energía propia de los jóvenes de esta edad. Que se confunde su inexperiencia con incapacidad, que su madurez incipiente es ridiculizada, que su potente energía es disipada con distracciones. Como consecuencia, la situación convierte a estos niños en unos jóvenes y –posteriormente- adultos, que sólo piensan en su bienestar personal –de forma absolutamente hedonista-, en satisfacer placeres y en consumir. Y los del Instituto Ruhí pensaron que tenían que hacer algo.
Su labor se inició en su país de origen, con resultados muy satisfactorios, tanto, que el modelo se exportó. He visto este modelo en acción, en el pueblo de Málaga donde vive mi hija y puedo dar fe de los buenos resultados de esta labor. Es emocionante comprobar como un niño de 14 años, habla con tanta personalidad como un adulto (a quienes se dirige públicamente), sin perder su identidad y manteniendo toda la energía propia de su edad. Más, cuando has conocido este mismo niño un par de años antes –momento en que iniciaba este programa de prejóvenes- y no era más que una fuente de palabrotas y gritos, un manojo de nervios, y que sólo hacía tonterías (propias –según se dice- de estas edades). El secreto de este comportamiento es la aplicación de un programa que fomenta un doble propósito moral: la transformación del individuo y de las estructuras sociales. De manera que el prejóven se convierte en un miembro ético de aquel entorno que quiere transformar, en un auténtico agente de cambio social que, poco a poco, implica a los que le rodean (familia, amigos…). Se promueven actividades que buscan liberar los poderes intelectuales y espirituales de los adolescentes, encaminándolos hacia el servicio a la comunidad y mostrando que ellos son capaces. Resumiendo, este doble propósito consiste en una transformación personal y, a la vez, colectiva.
Efectivamente, los jóvenes de esta edad están formando su personalidad y son parecidos a esponjas que absorben todo lo que les rodea y, por tanto, muy sensibles a todo tipo de influencias. Es una época en que dudan de casi todo, se sienten excluidos, temerosos  y les falta confianza. El programa del Instituto Ruhí contiene unos materiales comunes y unas actividades adaptadas a cada lugar, que pretenden llenar las ansias propias de los prejóvenes, con alternativas a las ofertas consumistas e individualistas de nuestra sociedad. Realizan actividades reales de servicio comunitario (visita a gente mayor, limpieza de playas y parques, cuidado de animales, etc.) Con estas actividades, ya no se siente faltos del sentimiento de pertenencia. Su sistema se basa en el aprendizaje permanente –incluso de los errores- a través de unos materiales que se han experimentado durante años y que estudian con un animador (normalmente un joven). Cada apartado del programa tiene una enseñanza central y se trabaja en serio en los encuentros semanales. Por ejemplo, uno de ellos toca el tema de que el esfuerzo es una virtud importante, que atrae confirmaciones y satisfacciones. En otro, se enseña a mantener la esperanza, aunque nos toque vivir situaciones muy difíciles y como discernir un comportamiento ético. En todo caso, todos los materiales intentan hacerlos meditar. Con tal de que desarrollen su capacidad latente. Como decía, el programa incluye actividades complementarias (muchas veces en el exterior) que procuran poner en práctica los conceptos aprendidos, pero también hacen deporte y otras actividades de convivencia y fomento de la amistad. Por cierto, el papel del animador es, precisamente, la de un verdadero amigo, un amigo mayor, que les apoya si tienen dificultades (aunque solo sea ayudándoles a hacer los deberes)
 Es una iniciativa muy valiosa, que pretende dar importancia a un grupo social, demasiadas veces maltratado, demasiadas veces desprestigiado; que desea aprovechar la tremenda energía que tienen para beneficiar a la colectividad y que, finalmente, es un antídoto contra el individualismo más mordaz. Pero, lo más importante, es que les enseña a vivir libres del materialismo, a descubrir el poder del pensamiento y a comprobar que, por encima de todo, son seres nobles.



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