Un recuerdo amoroso desde Menorca.
Puedo decir, con toda certeza, que ha muerto mi madre espiritual, pero no me siento triste. Ella se ha liberado ahora de sus ataduras físicas y ha dejado de sufrir, aunque nos ha dejado huérfanos de su tremenda humanidad y dulzura.
Tuve mi oportunidad de despedirme de ella, recientemente, y esto me consuela.
Conocí a Margarita Ferragut, a finales de los años 70, cuando mi sed de buscador había sido saciada, al haber encontrado la Fuente espiritual (la Fe Bahá´i). Ella estaba en Menorca como pionera bahá´i, junto con su marido José Luis Marqués y acababa de ser madre, por primera vez (tanto Noé como Iris, nacieron en Menorca).
Ella me ayudó y me acompañó en las tremendas dificultades a las que me tuve que enfrentar por haber decidido ser el primer bahá´i de mi localidad. Solamente tenía 20 años.
Siempre la recordaré, como es natural, pero esta pequeña isla de Menorca, estará eternamente en deuda -y algún dia se reconocerá- con la que tanta bondad y dulzura derramó sobre ella.
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